viernes, 28 de marzo de 2008

Daft Punk: Electroma. Entre la música y el cine


El dueto francés Daft Punk, formado por Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, si ha destacado por algo ha sido por su música que a finales de los noventa supuso una entrada de aire fresco para el panorama de la electrónica. Su primer álbum, Homework (1997), fue publicado por el sello Soma Quality Records, y se convirtió en un referente que influenció en muchos otros artistas. El género agrupador es el house, a partir de ahí el dueto combina acordes del disco y de la balada rock con toques de funk, techno y synth.
Aún así el gran éxito vino con el disco Discovery (2001), licenciado por Virgin con un aire más comercial y enfocado a las pistas de baile. De este disco se desprendieron en las radios musicales generalistas canciones como One more time, Harder, Better, Faster, Stronger o Digital Love. Más personal y que seguramente decepcionó a muchos que esperaban algo parecido a su disco anterior, fue Human After All (2004). Sin embargo, una faceta muy desconocida de Daft Punk es su producción cinematográfica, y es que desde sus inicios han propuesto un producto cultural multimedia. Me explico.

En 1999 llegaba D.A.F.T.: A Story About Dogs, Androids, Firemen and Tomatoes, una recopilación de videos caracterizando algunas de las canciones del álbum Homework, la principal diferencia con el video clip, es que en algunos videos, como el caso de Da funk, habían diálogos. De hecho, este es el único caso de toda su filmografía donde hay conversaciones, porque en Interstella 5555, Daft Punk recurrían al dibujante de manga japonés Kazuhisa Takenouchi
, para poner imagen a Discovery, creando una curiosa historia en que un magnate de la música se dedica a raptar a músicos extraterrestres para convertirlos en megaestrellas en la Tierra. Aquí quizás sí, se podría considerar un video clip de más de una hora.


Con eso, en 2006, los franceses hacían el largometraje más trabajado hasta el momento. Se trata de Electroma, donde ellos mismos son caracterizados en una historia muy parecida a la película Gerry (2002), del controvertido director Gus van Sant. Muy parecido por las escenas del recorrido de los protagonistas a través del desierto, de hecho, es realmente descarado en la forma, pero no tiene nada, o poco que ver, en cuanto al contenido. Creo que Electroma resulta ser mucho más efectiva que Gerry.
Dos robots tienen el deseo de ser humanos y para ello se someten a una “operación estética”, sin embargo, igual que Ícaro quiso volar y no pudo, la evidencia de las leyes de la naturaleza les hará ver que no pueden.


Con la carencia de diálogos y de expresiones (puesto que no tienen rostro), las interpretaciones resultan prácticamente irrelevantes. Pero ver como dos robots sin rostro, que no dicen nada y que no gesticulan, lleguen a conseguir transmitir sus sentimientos, es, sin duda, el mayor logro. Música y fotografía se convierten, prácticamente, en los únicos lenguajes de emoción: los franceses escogen una banda sonora que no es suya y que toca otros estilos además de la electrónica; la fotografía está al servicio de la música, siendo muy paisajista, pero con la luz y la textura adecuada para cada momento.

La historia es muy simbólica, aunque sencilla. Creo que aunque la forma sí es pretenciosa, el contenido no, de hecho, el mensaje también es simple: forma robótica, pero contenidos humanos, lo que en cierto modo se ve reflejado en el título del álbum Human after all. Aunque no están, muchas de las canciones de éste disco podrían haber sido parte de la banda sonora, pues leyendo los títulos o escuchándolas, inspiran algunas escenas de Electroma.
Uno de los valores con los que se centra la película es la el hecho del ser diferente y de la discriminación, un tema recurrente que también lo encontramos en el video clip de Da funk y, de una forma más positiva y naif, en Interstella 5555. Del mismo modo que a veces discriminamos por cuestiones aparentemente absurdas, Daft Punk absurdizan aún más estos motivos.





Electroma no es más de lo que es, y se advierte que es necesaria una cierta predisposición para visionarla, puesto como ya he dicho lo que se destaca es la forma, la sugestión entre la música y la fotografía. Sin predisposición, curiosidad y sin ganas de imaginar, resultará aburrida.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Cartas de amor a Hitler


Una de las personas de la historia que desearía haber conocido, o al menos haber tenido una charla, es Adolf Hitler. Siempre me he preguntado dos cosas: como una persona puede haber acumulado tanto odio, y como ella sola ha tenido tanta influencia en el desarrollo de los acontecimientos, hasta el punto de casi conseguir que su voluntad se impusiese a la de Europa.
En las últimas décadas y poco a poco el tema del nazismo en Alemania ha dejado de ser un tabú, para poder ser tratado libremente y sin autocensurarse. En el caso del cine, que nos llega con más facilidad que otras disciplinas, tenemos en los tres últimos años, los casos de El último tren a Auschwitz (2006), Ghetto (2006), El hundimiento (2004), El noveno día (2004)
u Operación Valkiria (2004), que aunque no polemizan el tema, muestran la gran importancia de unos hechos que siguen marcando la Alemania actual. Muchos también son los libros que han tratado el tema, pero hay uno que, sin duda, es el más curioso de todos: se trata de Cartas de amor a Hitler (Ed. Vas de Francfort, 1995), una selección de casi 10.000 cartas que recibió el fürher de sus admiradoras. William C. Emker, un espía estadounidense de origen alemán, encontró dichas cartas en el búnker en ruinas de Hitler, y en realidad, la gran mayoría de la correspondencia no fue leída, sino guardada sin abrir.
El tema vuelve a la actualidad doce años después de la publicación del libro. Tras varias adaptaciones teatrales, el próximo 27 de marzo, llega la última en la ciudad alemana de Neuss, con la obra con el mismo nombre: Cartas de amor a Hitler, en el Theater am Schlachthof (traducido, es el Teatro del Matadero). Se trata de una obra irónica y nada seria, para tratar este hecho tan desconocido de la vida del gran dictador. En la representación, un cabaretista es el narrador mientras se leen dieciséis cartas de las fans, dónde le llegan a llamar “mi lobito” o “mi dulce amor”.
La obra vuelve en un contexto de Alemania dónde algunas voces públicas han pronunciado su afinidad con el nazismo y con la política social de Hitler. Véase el resultado de la últimas elecciones, dónde los partidos ultraderechistas y neonazis subieron, o el caso más reciente de las recientes declaraciones de Eva Hermann, una popular expresentadora de la televisión alemana, que ha defendido la política familiar del Tercer Reich. En referente a esta situación, el director del Theater am Schlachthof, Reinhard Mlotek, dijo que “convenía recordar un pasado no tan lejano, a 75 años de la llegada del poder de Hitler y cuando algunos parece que le ven hasta cosas buenas al dictador".

sábado, 22 de marzo de 2008

Música de baile: Drum&Bass y Dubstep

Dos de las tendencias que están claramente en auge son el Drum&Bass y el Dubstep. Ambos estilos nacidos en el Reino Unido, suponen para muchos el futuro de lo que se convertirá el mainstream. En cierto modo el Hip-hop puede ser el conductor para convertir estos estilos en fenómenos de masas, puesto que éste también ya se ha consolidado como tal (más en otros países que en España). No creo que ni el Drum&Bass ni el Dubstep lleguen a sustituir la electrónica europea, puesto que los veo más complementarios que suplementarios, a parte que como de costumbre, en las islas británicas se va a otro rollo que al resto de Europa. Será interesante ver si estos estilos se quedarán a las puertas de consolidarse como música de baile de masas o se perderán sin salir de los círculos más underground. El Drum&Bass se ha mantenido al margen del mainstream durante casi 20 años, pero eso no lo excluye de que algún día, lo podamos escuchar en las discotecas más comerciales. Por poner un ejemplo, la bassline acelerada típica del Drum&Bass se puede escuchar por ejemplo en una de las canciones del pasado año, que no es precisamente de baile, el Young Folks de Peter, Björn and John, conocida en los anuncios de politonos como “canción del silbido”.

Aquí os dejo un par de recomendaciones interesantes de dos discos que han salido este mes de marzo.

Benga, Diary of an Afro Soldier
Éste es el álbum de debut de Beni Uthman, productor británico que con este disco nos trae un dubstep mucho más “escuchable” para los más reticentes, puesto que tiene una cierta tendencia a combinar rasgos de otros estilos: a veces más funky, a veces más techno.



NU:TONE, Medical History
Dan Gresham es el verdadero nombre de Nu:Tone, que en este 2008 ha sacado su tercer álbum, dónde consigue dar frescura a sus canciones de bassline acelerada gracias a su mezcla con el Funky y el Soul. Es por esa mezcla especial que en su casa, en Hospital Records, se le conoce como el “Cambridge Fast Soul Souldier”.

Música de baile: Renovación en lo kitsch

Con este panorama de mirar hacia atrás continuamente, hay poco espacio para la innovación. De hecho lo que resulta novedoso es versionar alguna música que ya estaba olvidada en el imaginario colectivo. En ese sentido, podríamos entender que el fenómeno de lo kitsch, también ha penetrado en esta materia. Uno de los casos más llamativos en la escena electrónica actual, es el del discjockey alemán Samim, que en su álbum de debut Flow (2007), dio a conocer temas tan curiosos como Heater o Setupone. La diferencia está en que éstas canciones rompen con una tendencia con lo que ya se rompió antes.

La música de baile actual está un tanto bloqueada. Cada vez más la electrónica y el house se han ido juntando, e incluso ahora se habla de electrohouse. Seria complicado definir el nacimiento del electro pero un punto de inflexión importante fue a finales de los 80’ con el grupo alemán Kraftwerk. Es ahora, sin embargo, que mucha gente apuesta por eso como causa (y a la vez consecuencia) de que es lo que está de moda en las salas de baile. Pero ésta unión lejos de suponer una innovación, sigue con los mismos problemas creativos de la tendencia general. Tengo la impresión que cuesta mucho imaginar y crear algo novedoso, pero cuando pasa, la industria, en lugar de buscar nuevas formas musicales, aprovecha esta novedad para darle mil enfoques de lo que en el fondo es lo mismo. El electrohouse fue relativamente novedoso, pero ahora ya está más que agotado.

Música de baile: Crisis creativa

Veinte años después de que Ralphi Rosario publicara You Used To Hold Me, salen, como no, nuevas versiones de este clásico de la música de baile. Y lo curioso del caso es que dichas remezclas están hechas por otros gurús de la música house que llevan más de veinte años pinchando. Danny Tenaglia y Masters At Work se encargan de sacarle el polvo a este tema y actualizarlo para las pistas de baile actuales. Y yo me pregunto, ¿tan baja está la creatividad?, ¿ya está todo hecho? Qué después de tantos años estos señores hayan decidido publicar una versión de la canción, es que realmente se les están acabando las ideas.

El caso es que éste es sólo un ejemplo de una dinámica que ya dura unos cuantos años. Es cierto que existe una tendencia retro en todas las expresiones culturales actuales, y este estancamiento en cuanto a la creatividad musical no solo esta afectando a la música de baile, también a todos los estilos musicales en general. Se da en otros campos cuando Robbie Williams versiona a Frank Sinatra, o bien Amy Winehouse vuelve a los orígenes, o bien los Arctic Monkeys sacan más de lo mismo, o el artista de turno reedita el I will survive de Gloria Gaynor.


La música house tiene sus orígenes en la evolución del Rhythm & Blues, al pasar por la música Disco. Uno puede inspirase en los orígenes, pero esta tendencia esta siendo radical. Muchos temas que suenan en la mayoría de discotecas de todo el mundo son samplers o piezas vocales sacados descaradamente de canciones de los años setenta y ochenta, ya sea desde Marvin Gaye hasta Earth Wind & Fire, pasando por Blondie. El caso paradigmático, por el éxito que tuvo, es el Hung Up de Madonna que coge de fondo un sampler de una canción de ABBA.

Pero aún así, parece ser que no solo se recurre a la música disco. Históricos del dance de principios de los noventa como Technotronic, Black Box, Hadaway, Inner City, Felix o Prodigy han sido versionados recientemente, y por no hablar también de artistas coetáneos y de otros tiempos de cualquier otro estilo, como The Doors, Guns & Roses o Michael Jackson. De hecho, para más INRI, la canción de Madonna Hung Up, tuvo, como no, sus remezclas. Es el remix de otro remix.

Por otro lado nos encontramos con un fenómeno que ha ido a más en los últimos años: el bootleg, que es la yuxtaposición de dos o más piezas musicales. El álbum Alive 2007 de los franceses Daft Punk, es un caso ejemplificador, ya que está compuesto de bootlegs en base a sus canciones más populares.


No me parece mal reeditar de vez en cuando alguna canción, pero siempre que en la oferta haya un punto de innovación y sea novedoso. ¿Se supone que a partir de ahora, cada vez que entre una generación le vamos a meter la misma música que la anterior generación, pero versionada? ¿La gente no tiene interés en conocer lo que ya se hizo? ¿Nos conformamos con conocer lo más caliente del año, que al cabo de un tiempo, ya no nos acordaremos de que era?
En fin…

martes, 18 de marzo de 2008

Chikilicuatre no es el único

En los últimos tiempos el Festival de Eurovisión se ha ido convirtiendo más en un espectáculo televisivo, que un concurso musical. La puesta en escena, la caracterización de los cantantes, la originalidad del show, etc., han ido cobrando importancia, y lo podemos comprobar con los ganadores de una de las recientes ediciones en la que ganaron un grupo de fineses disfrazados de monstruos. Esta transformación de la gala podría ser debida muy probablemente a la necesidad que tenía el festival de renovarse. Poco a poco, el interés que despertaba había ido a menos, y con eso se ha encontrado el remedio.
Este año, Roberto Chikilicuatre no estará sólo en medio de cantantes mediocres, insulsos y repetitivos. He estado curioseando por saber cuales serán sus rivales y me han llamado la atención un par de cosas. La primera es el candidato de Irlanda, que no es hombre ni mujer, sino un pajarraco que se llama Dustin (Dustin, the turkey) y que en la canción pide que le den los doce puntos. En la línea de Irlanda, los cantantes de Letonia, Croacia, Bélgica o Bosnia y Herzegovina también son de los que admiten sin tapujos la verdadera realidad de lo que es Eurovisión.



Y la otra cosa que me ha sorprendido es la canción de Bulgaria, ¡electrohouse y breaks en Eurovisión! Hay madre mía…



Para que podáis valorar vosotros mismos las posibilidades de ganar que tiene Rodolfo, os dejo el link con la página donde salen los video clips de los participantes.

domingo, 16 de marzo de 2008

Culturales franceses, culturales españoles

Que tres de los grandes periódicos franceses ofrezcan dos suplementos culturales en su web dice, a priori, mucho a favor del interés de la población francesa por la cultura. Sin embargo, y antes de reprochar el bajo nivel de lectura de nuestro país, querría comentar cuáles son los contenidos de estos suplementos. De hecho, algunos de los temas que están incluidos, por ejemplo en el Libération, nos serian inimaginables de encontrar en alguno de los diarios españoles. Parece ser que en nuestro país vecino la concepción de lo que es cultura, es mucho más amplia, porque en el caso que comentaba del Libération, la portada que me encontré de la edición digital, comentaba el boom mediático del desnudo de la primera dama francesa, Carla Bruni. Dando una ojeada a Babelia, El Cultural o ABCD, suplementos de los principales diarios españoles, encontramos revisiones sobre productos culturales considerados más elitistas y enmarcados dentro de las clásicas disciplinas del arte. A lo que me refiero, es que en España no hay en la prensa de referencia, una cultura (y valga la redundancia) de prestar atención a la cultura de masas, es decir, a los fenómenos culturales vinculados más a su condición social que artística.
Posiblemente, muchos reprocharían que un semanario cultural que trate el desnudo de un personaje famoso, pero el sensacionalismo no está en el tema sino en el tratamiento. El caso del diario que he tomado por ejemplo es el más claro: dispone de una sección, Tentations, llena de temas que se podrían considerar de ocio, tecnología, curiosidades, etc. Aún así, los vecinos franceses también dedican bastante espacio a temáticas de cultura más consolidadas, y en especial a la literatura, puesto que Le Monde, Libération y Le Fígaro tienen suplementos de sólo libros.

Es evidente que en Francia, el periodismo cultural ya está en pleno proceso de reconversión hacia un periodismo de ocio que abarque muchos más temas y disciplinas que lo qué la tradición ha marcado. Desconozco las características de las audiencias de estos tres diarios, sin embargo, intuyo que la media de edad es menor que los principales periódicos españoles, porque los contenidos franceses son mucho más frescos y cercanos. En España, parece que a los editores les cuesta ofrecer unos contenidos que atraigan a las nuevas generaciones. Es el caso de La Vanguardia, que tiene unos lectores con una media de edad bastante alta. Aún así, parece que en el diario catalán se están espabilando, ya que, al menos a mi modo de ver, su suplemento cultural es el más dinámico e innovador de los del país.

viernes, 14 de marzo de 2008

Al lado dónde debo estar

Título Original: Auf der anderen Seite (en inglés The Edge of Heaven)
Dirección y guión: Fatih Akin
Producción: Fatih Akin, Andreas Thiel y Klaus Maeck (Alemania y Turquía)
Música: Shantel.
Fotografía: Rainer Klausman
Montaje: Andrew Bird
Dirección artística: Tamo Kunz y Sirma Bradley
Duración: 122 min.
Año: 2007

Interpretación: Nurgül Yeşilçay (Ayten Öztürk), Hanna Schygulla (Susanne Staub), Patrycia Ziolkowska (Lotte Staub), Baki Davrak (Nejat Aksu), Tuncel Kurtiz (Ali Aksu), Nursel Köse (Yeter)

Después de mes y medio del estreno de la Palma de Oro 2007, la película 7 Meses, 3 semanas, 2 días del rumano Cristian Mungiu, hoy nos llega a las grandes pantallas otra de las galardonadas del Festival de Cannes. Se trata de Al otro lado del director alemán de origen turco Fatih Akin. El largometraje se llevó el premio al mejor guión, y no cabe duda que éste está verdaderamente trabajado aún siendo un tanto rocambolesco. Akin juega con una serie de historias con unos personajes ligados entre sí, que en realidad comparten y tienen mucho más en común de lo que llegan a saber.

El otro lado, es a veces Alemania, a veces Turquía. El director no entra en polémicas ni conflictos derivados de la inmigración (aunque irremediablemente se muestran), sino que se sirve de este fenómeno como recurso para contextualizar las falsas expectativas de esperanza y de felicidad que se generan. El desengaño de un sueño, porque en realidad no lo era o porque ya se ha agotado. Da la casualidad que cada uno de los principales personajes encuentra en Turquía su verdadera razón de ser. Desde Nejat, que vuelve a su país para hacerse cargo de una librería en Istambul, y dejar su labor de profesor de literatura en Hamburgo, a Lotte, que deja sus estudios para ir a buscar a su novia Ayten, o el caso de la madre de Lotte. Akin pretende romper con la idea de que Europa es la esperanza y la felicidad, en este caso para los turcos. El sitio de la felicidad lo fijamos nosotros, no lo fija lo que está preconcebido, y del mismo modo el libretero alemán vuelve a su país.

La película es, en cierto sentido muy inocente dada la valentía de los personajes arriesgándose como lo hacen en sus vidas. Pero es precisamente éste el llamamiento de Akin, el de luchar por lo que uno realmente desea. El problema de Al otro lado, es quizás la gran cantidad de temas que llega a tocar, sin asentarse en uno, a lo largo de las casi dos horas que dura. Sin embargo, poco a poco uno se da cuenta que sí se está asentando, que todo gira entorno a los deseos y sueños de cada uno de los personajes, de sus luchas y de su reconciliación consigo mismo.
Con un ritmo adecuado, una narración con saltos de tiempo y un lenguaje sobrio, combinando planos estáticos con algunos largos travellings, la película resulta amena, agradable y consigue estirarte del hilo hasta el final.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Mímica y juego

Barcelona, como ciudad eminentemente turista, tiene en las Ramblas un centro importante de canalización de sus visitantes. Más allá del interés histórico que pueda tener este punto de la ciudad condal, con el tiempo esta calle ha visto como ha brotado un fenómeno social, que también ha atraído a los turistas. Se trata de las imaginativas estatuas humanas, establecidas a lo largo de la rambla. Si en un principio eran más bien mal vistas por las autoridades municipales, el carisma de estas entre los paseantes las ha convertido en otro “monumento oficial” de las guías para los visitantes. Es quizás, otro ejemplo de la incorporación por parte de la industria de un fenómeno que había nacido fuera. No quiero decir, que estos ‘artistas’ sean ahora funcionarios (ni mucho menos, ¡por Dios!), simplemente se han convertido en otro instrumento de las autoridades para beneficiar el turismo. Es curiosa una nota que he leído la cual dice que el Ajuntament de Barcelona va a pasar un control de calidad artística a las estatuas, con su debido certificado de calidad para poder instalarse.

En las Ramblas de Barcelona, las estatuas humanas son un ejemplo de la diversidad cultural que existe, como los retratistas, los ‘indios americanos’ o los trileros. Todo ello tiene un contenido muy social, porqué es la dedicación en la vida de estas personas. Lo que ofrecen, es mímica, espectáculo y juego. Igual que un payaso, un actor o un videojuego, por poner un ejemplo.

lunes, 10 de marzo de 2008

Soñadores

Título original: The Dreamers
Dirección: Bernardo Bertolucci
Interpretación: Michael Pitt (Matthew), Eva Green (Isabelle), Louis Garrel (Theo), Robin Renucci (padre), Anna Chancellor (madre), Florian Cadiou (Patrick)
Guión: Gilbert Adair
Producción: Jeremy Thomas (Reino Unido, Francia e Italia)
Fotografía: Fabio Cianchetti

Montaje: Jacopo Quadri
Duración: 120 min.
Año: 2003

En Soñadores Bernardo Bertolucci explica una parte importante de su vida, que le marcó profundamente en su profesión, y por eso, el director italiano aprovecha la cinta para retar un homenaje al cine hecho hasta la fecha.
Matthew (¿o Bernardo?) llega a París. Es 1968. Le gusta el cine y allí tiene la cinematèque, donde conoce a Isabelle y a Theo. El joven estudiante americano llega en un lugar y en un momento muy especial para la generación a la que pertenece Bertolucci. Las revueltas de mayo de este año ya han estallado. Sin embargo el director, se abstiene de mostrarlo y se dedica a revisar el fondo, es decir, los ideales que había detrás de las protestas y de las manifestaciones. Es el espíritu del ’68 más que los verdaderos hechos, lo que pretende mostrar Soñadores, descontextualizar las sensaciones, emociones, pensamientos, y en definitiva, los sueños de los soñadores.

Las interpretaciones son muy destacables. Sus gestos y sus miradas dicen mucho más que sus palabras. Michael Pitt (Matthew), con cierta timidez adopta una mirada asombrada y curiosa hacia la nueva realidad que ha descubierto: el piso de los siameses Isabelle y Theo, que se convierte en el pequeño refugio donde experimentaran diversos juegos eróticos y compartirán sus ideas libremente. Y con esa libertad, Bertolucci desenmascara, de una forma bastante naif, las personalidades de los tres jóvenes. Por otro lado, Eva Green, que se estrenaba en la gran pantalla, interpreta al personaje que más evoluciona al largo de la cinta: Isabelle, se nos presenta como una chica descarada y segura, pero que al brotar sus temores, estos rompen la imagen de madurez inicial.

La película está basada en el libro del escritor escocés Gilbert Adair The Holy innocents (1988). Bertolucci llamó a Adair para ser su guionista y para plasmar en The Dreamers la atracción por la francofonia que tienen ambos. Es el recuerdo a la lucha y a la defensa de los ideales de mayo de ’68, una lucha que nos queda, hoy en día, muy lejana, ya sea por el conformismo imperante o por la poca esperanza de cambios.





Pensando en los hechos de esta semana, sobre el enclaustramiento de varios estudiantes en la Facultat de Filosofia i Lletres de la UAB, para protestar en contra del plan de estudios ‘Bolonia’, me ha vuelto a venir a la memoria la película. No quiero entrar en valorar qué ocurrió, porqué no estaba allí y porqué las versiones de ambas partes no se parecen en nada (el sindicato de estudiantes y la administración). Lo que sí se es que hubiera hecho yo, y para eso me remito a lo que dice Matthew al final de la película. Para mí, uno de los mejores finales del cine (ni lo dudo).

viernes, 7 de marzo de 2008

Banksy vs. Arco

El otro día en clase nos pasaron un video del YouTube (que cuelgo en esta entrada) sobre el artista inglés Banksy, que a través del graffiti muestra lecturas ácidas, a la vez que ingeniosas de fenómenos y hechos actuales del mundo. Como siempre en este tipo de expresiones, siempre hay los que consideran sus dibujos como una expresión cultural, y otros como una gamberrada. Se le ponga la etiqueta que se quiera, está claro que mensaje no les falta a dichas representaciones, y que resultan un buen motivo para la autocrítica.



Aun así, para muchos, el sentido antiglobalizador capitalista de las representaciones de Banksy, se convierten en humo cuando el artista de Bristol firma encargos por compañías internacionales como Puma, o entra en el negocio de la industria cultural subastando sus obras.
Yo, sin entrar en valoraciones de sus acciones, quiero hacer una simple comparación de su obra con lo expuesto en la feria Arco’08 que se hizo recientemente en Madrid.

Mi conocimiento de la feria se limita a lo que se expuso en televisión, puesto que no fui. Aún así me es suficiente para el comentario que quiero hacer, porque está referido en lo que repercute en los medios. Éstos destacaron la sección de arte brasileño y de las grandes novedades que mostraron, ya todo estaba hecho. No era más que darle otra visión a lo mismo. Por ejemplo, recuerdo una pared llena de zapatos, cuando ya han pasado casi cincuenta años de las primeras serigrafías de pop art de Andy Warhol.

Sin duda el fenómeno entorno a Arco’08, carece de innovación. Te lo venden como algo underground, y no lo es. No dudo en absoluto de que fuera interesante, de hecho, estoy generalizando y seguro que habría cosas que me hubieran llamado la atención, pero la feria era un escaparate de la industria cultural.
En cambio el fenómeno de Banksy no se encuentra del todo dentro de la industria, aunque él ya lleva más de diez años. Como siempre, lo que hoy es rompedor, mañana será anticuado. Y como Leonardo, Velásquez, Monet o Duchamp fueron rompedores en su época, ahora son figuras consagradas y más que asimiladas.
Como dijo en clase el profesor, seguramente mañana Banksy será absorbido por la industria cultural. Y mientras veremos a Banksy y sus afines en Arco’15, habrá otro ‘banksy’ por ahí haciendo cosas a su bola, hasta que también sea absorbido. Así es el ciclo.

Freak!

Primero de todo creo que es necesario aclarar la definición del concepto. Se suele calificar al freak como aquella persona que es o actúa de forma alejada de la normalidad, véanse los casos más llamativos que pasaron por la plantilla de Crónicas Marcianas, del cual se llegó a hacer una película FBI: Frikis Buscan Incordiar, película que he tenido el gusto de no ver. También han proliferado objetos de estudio similares, como el Gilipollas, el ‘Neng’ o la niña de Shrek de Buenafuente. Incluso podríamos incluir a Santi Millán y a José Corbacho cuando en La cosa nostra interpretaban a Paco y Sebas, respectivamente. Y es que éste es el verdadero calificativo de estos individuos. Son actores, no freaks. La diferencia con los otros actores es que interpretan personajes con una personalizad muy fuerte aunque muy estrambótica. La rareza del comportamiento de éstos nos llama la atención, sin embargo, no mostramos curiosidad, sino desprecio, como alguien que se margina de los cánones sociales establecidos como ‘adecuados’. Hace un par de años, por los albores de Carnaval un amigo mío me dijo literalmente que yo era “un freak por no hacer el freak en un día en que todo el mundo hace el freak”. Me resultó gracioso…

El origen de este a término se encuentra en la película Freaks de Tod Browning de 1932, película que tengo el gusto de querer ver, y que está ambientada en un circo con un enano de protagonista. El sentido inicial del término, reforzado con la película, era el de describir a personas con comportamientos raros. Los medios de comunicación lo han querido aprovechar pero han creado productos falsos y ridiculizables.

Otra definición y para mi la que nos implica a cada uno de nosotros, es la que entiende el freak como alguien muy fan o seguidor de algo, hasta llevarlo al extremo, adaptando su vida a este objeto o persona de veneración. Tenemos de ejemplos los freaks que se disfrazan de su personaje de manga favorito, o de Star Wars, etc.


Si bien el concepto es del siglo veinte, me pregunto si la idea como tal, ya existía anteriormente. Supongo que sí, que personajes con peculiar personalidad siempre ha habido, aunque contados casos. Y es que el fenómeno del freak ha estallado con la sociedad de massas. En los últimos tiempos los individuos nos hemos creados aficiones y ocios que, al fin y al cabo, son tremendamente intrascendentes para la humanidad. Desconozco como podría pensar una persona tres o cuatro siglos atrás, lo que sí es cierto, es que tendría que estar mucho más preocupado por su seguridad y su estabilidad de lo que estoy yo, ya que en principio, no me tendría que inquietar de poder pasar hambre o de que estalle una guerra. Es por eso que me preocupo de enterarme de todo lo que salga de música de baile y electrónica en general, conquistar el mundo en el Age of Empires o pasarme largos ratos buscando películas por Film Affinity.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Dreyer. Pasado y presente

El próximo 20 de marzo se cumplirán cuarenta años de la muerte del cineasta danés Carl Theodor Dreyer (1889-1968), considerado como una de las grandes figuras del cine europeo. Películas como Día de ira (Vredens Dag), La pasión de Juana de Arco, Gertrud, y sobretodo La palabra (Ordet), han pasado a la historia del séptimo arte, no solo por su indiscutible calidad, sino también porque en esa calidad había innovación.





Dreyer empezó su carrera como director antes de llegar a los treinta, des de entonces dedicó su vida al cine, utilizando a este como el vehiculo para expresar sus convicciones filosóficas entorno a la religión. Fe, pecado, castigo y redención son conceptos que están muy presentes en la mayoría de películas del danés. Ya en su primera realización destacable (de producción sueca) La mujer del párroco (1920), Dreyer tratará temas como la vejez y la juventud en el matrimonio, pero será en Día de ira (1943) cuando Dreyer realizará un aprofundimiento más sesudo de la moral. En ésta, Dreyer nos planta en un ambiente rural danés del siglo XVII, en que un párroco de avanzada edad, se casa con una joven mujer, Ann, después de quedar viudo.
Ann, es en un símbolo de la inocencia y de la vitalidad, quien despertará sensaciones bien diferentes a los demás personajes. La moral, la religión y la Inquisición pesan en el ambiente de una sociedad en que las personas como Ann no tienen cabida. El gran logro de Dreyer en esta película es la fantástica ambientación de los valores de la sociedad, más que del aspecto físico y material, llegando a hacernos ver Ann como una endemoniada. La primera, de las grandes películas sonoras de Dreyer, nos muestra una técnica basada en planos secuencia que exigen una perfecta coordinación de escena. Dreyer prescinde bastante de primeros planos y de la contraposición de éstos, haciendo una narración muy natural y cautivadora.

Explota el plano secuencia a lo largo de su filmografía, sin embargo vemos algunas diferencias entre Día de ira y largometrajes anteriores como La pasión de Juana de Arco (1928) o La bruja vampiro (1932), en esta última, donde se hace partícipe del movimiento cinematográfico expresionista alemán. En la primera, Dreyer llevó al extremo el uso de los primeros y primerísimos primeros planos puesto que la trama y las características técnicas del cine mudo lo exigían. Con este recurso, hace rebajar la teatralidad que se suele tachar al cine de los primeros andares.



El cine de Dreyer plasma buena parte de la doctrina del teólogo danés Soren Kierkegaard (1813-1855), opuesto a la teoría dialéctica de Hegel sobre la historia (posterior influencia en Marx), que la considera demasiado sistemática. El filósofo escandinavo defiende el ‘yo’, el interior que uno debe explorar para encontrarse con Dios, y destaca que es necesaria la duda para conservar la fe en Él. La duda de Juana de Arco antes de ir a la hoguera o la duda de los personajes que rodean a Ann en Día de ira, sobre sus pecados.

Y hablando de la duda, hemos de mencionar la obra maestra por excelencia de Dreyer, La palabra (1955). Volviendo a situar un ambiente rural y arraigado a la religión, el director danés critica la perdida de fe de la sociedad. Cuando la fe sea recobrada entonces ocurrirá el milagro, se dice en el largometraje. Como en Día de ira, los diálogos no tienen desperdicio. Sin ánimo de comentar concretamente la película dejo un link sobre una lectura de la película. Ordet está tan cargada de simbolismo que se pueden hacer múltiples lecturas, pero ésta me parece muy acertada.

Dreyer es pasado por una cuestión coyuntural, sin embargo también es presente, porque su estilo y su contenido han hecho de él un referente del cine escandinavo. Su influencia ha traspasado los años, desde Ingmar Bergman hasta los referentes cinematográficos daneses actuales como Lars von Trier o Thomas Vinterberg. En el caso de Bergman encontramos dicha influencia en aspectos más técnicos, como la ambientación, la iluminación o el ritmo. En cambio vemos que Bergman llega a ser mucho más introspectivo en sus personajes que Dreyer. Por lo que hace a las nuevas (relativamente) generaciones de cineastas daneses, tenemos en von Trier el caso paradigmático, sobretodo en cuanto a la visión y a la concepción moral que reflejan sus películas. Así encontramos en Rompiendo las olas (1995), el hecho milagroso de La palabra con las campanas finales; mientras que en Dogville (2003), von Trier reflexiona sobre valores como la clemencia o la culpa, igual que su compatriota, en un ambiente que a servidor le recordó otro clásico escandinavo, la obra teatral Un enemigo del pueblo (1882) de Ibsen.