martes, 1 de abril de 2008

Eurocentrismo

Tras la clase de hoy me ha despertado una duda interior que ha hecho temblar ligeramente mis convicciones. Quizás, sólo “ligeramente” porqué estoy demasiado convencido. Me refiero a si debemos entender el racionalismo como algo supremo y único o simplemente una cultura más, un modo de pensar y de analizar más de todos los que hay en el mundo. Ciertamente nunca me lo había planteado de esta manera, para mí la razón siempre ha sido el triunfo de la verdad sobre las supersticiones, sobre las creencias infundadas, y sobre el lado más descontrolado de la mente humana. El triunfo, en occidente, frente a la religión cristiana y a la herencia de los ritos de las religiones paganas precristianas, que predominaron en Europa durante siglos.

Pero tras la sesión de hoy, me pregunto si no será esta creencia en la razón, otro aspecto más de la cultura europea, otro hecho distintivo al mismo nivel de otras maneras de ver y de estar en el mundo. ¿No será simplemente la mera evolución de la concepción europea, que despreciando la tradición anterior, a querido subir un pedestal para, no sólo mirar con altivez a la religión de casa, sino a todo lo demás existente en este mundo? ¿O no será que realmente existe una razón pura, pero a la que no hemos llegado, sino que tan solo nos hemos quedado con un hibrido a medio camino de la ‘pureza’, impregnado de moral cristiana?

En este punto llega el dilema grande. Si la razón, como expresión de la cultura occidental, está al mismo nivel que toda otra civilización o cultura, ¿qué derecho tengo para reprochar algo de otra cultura? Me refiero, por ejemplo, al caso de las ablaciones de clítoris que se hacen en diversos países africanos.
Desde el punto de vista de casa, se trata de un acto inaceptable, porque atenta contra la libertad personal de cada mujer. Pero, ellos (las otras culturas) también tienen sus motivos, en su caso a favor de hacer estos actos. Unos motivos, sin embargo, que carecen de argumentos racionales, ya que responden a otro paradigma (para decirlo de una forma, curiosamente muy empirista). Yo siempre defenderé lo que mi convicción crea que es lo mejor, ya sea verdad absoluta o un punto de vista más, pero en este punto entra el choque cultural, y con eso, necesariamente tendré que discriminar la otra cultura en cuestión.
En el caso que he citado, discriminar no es rechazar una ablación de clítoris, sino rechazar una ablación de clitoris a la fuerza o a alguien que aún no tiene uso de razón.

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