miércoles, 30 de abril de 2008

Mi vida sin… ti


Directora: Isabel Coixet
Interpretación: Sarah Polley, Mark Ruffalo, Amanda Plummer, Scott Speedman, Leonor Watling, Deborah Harry, Sonja Bennett, Alfred Molina
Guión: Isabel Coixet (basado en el libro 'Pretending the bed is a raft' de Nancy Kinkaid)
Producción: El Deseo S.A. / Milestone Productions Inc. (España-Canadá)
Fotografía: Jean Claude Larrieu
Montaje: Lisa Jane Robinson
Duración: 106 min.
Año: 2003


Mi vida, sin ti, muy poco hubiera cambiado. En todo caso, nunca está de menos saber sobre lo que aún no conoces. Dejando juegos de palabras a parte, hace unos meses no había visto nada de Isabel Coixet, hasta que con unos amigos decidimos ver Mi vida sin mí (2003). Tras verla, me quedé con una sensación agridulce, la de haber visto una película muy bien ejecutada en su narración, con ritmo y una técnica genial, pero a la vez, tremendamente decepcionante. Nada. Absolutamente nada me había transmitido. No bostecé ni nada de eso, al contrario, se me pasó rápidamente, pero con una frialdad que realmente me preocupó.
En mi opinión, Mi vida sin mí es simple formalismo. Pero lo grave, es que parte de un hecho que predispone a sacar alguna lágrima, y Sarah Polley y Mark Ruffalo no están para nada a la altura de un argumento que, cierto es, llega al límite de la credibilidad, y supongo que al fin y al cabo, la tarea interpretativa no era nada fácil.
Hay diversos momentos en la película que decepcionan en especial. Uno de estos es el momento en que el médico le dice a Ann (Sarah Polley) que le quedan dos meses. Estoica, es el mejor adjetivo para definir la cara de Ann ante las palabras que escucha, y seguramente algún filosofo/psicólogo te dirá que el estoicismo es una buena forma de afrontar la realidad, pero yo no me lo creí. Y cuando eso sucede ya está todo dicho, porque te preocupas más de si lo hacen bien o mal. Del cómo interpretan y no de lo qué interpretan.
Igual de inverosímil me parece el resto de la trama, todo en el entorno es forzadísimo: la relación con su madre, su padre en la cárcel, las niñas monas, la roulotte, el personaje de Ruffalo, etc. Ni ella ni él se lo creen, con expresiones absolutamente apáticas que no se adecuan a lo que dicen. Cuando ella busca una pareja para su marido es, además, uno de los momentos más aborrecibles, cayendo en tópicos y en la fácil previsión del desenlace.
Todas las películas pueden resultar previsibles, la gracia está en que te atrapen lo suficiente como para que no tengas que adelantarte a la acción, simplemente sentir en el presente de la película. En Mi vida sin mí, no sientes, observas objetivamente.

3 comentarios:

Parole saggie dijo...

Hola,

Lamento que no haya sido de tu agrado Mi vida sin mí. Haces una crítica muy respetable y bien argumentada. Pero para mí es una película preciosa, magistral, tierna, triste y real. Precisamente en mi blog tengo una foto de una escena de la película, porque realmente me empaticé bastante con el personaje de Ann. Realmente creo que en la vida suceden hechos trágicos que marcan un punto de inflexión en el camino, que hacen que mires las cosas con otros ojos, desde otro ángulo. Yo encuentro magistral la actuación de Polley (jeje ya sé que tú no). Y entiendo que hayas visto la película desde un punto de vista objetivo, desde fuera, pero a mí la trama me arrastró a la tragedia de Sarah y me dio mucho que pensar...

Saludos,

Elisabet

Sergi dijo...

Bueno, gracias por el comentario. Afortunadamente no todos pensamos igual, y lo que a unos gusta a otros no. Y aún más en el caso de Isabel Coixet, que por lo que he oído, o encanta o aburre.
Cada uno con lo suyo.

Aina Bujosa dijo...

Ostres, jo opino com l'Elisabet.

Des del primer moment la pel·lícula em va atrapar, i em va emocionar com l'Ann s'enfronta a la mort. No crec que es pugui veure de manera objectiva, és com una faula, quasi un conte, ella arregla la vida dels altres abans de morir (li busca una dona al marit, una mare a les filles, salva de la desesperació a l'amant...), en aquest sentit és poc real. Qui faria una cosa així, qui s'enfrontaria sol a la mort?
Però tot i aquest punt de fredor, que jo veig més de valentia, la resta es ben real: la por a la mort, a perdre els éssers estimats, a desaparèixer i ser oblidat, la por terrible en adonar-te que has perdut el temps, que no has viscut allò que volies i com volies (no oblidem que ella morirà amb 23 anys, i que ha tingut una joventut molt poc comú) és el que em va deixar clavada a la butaca del cinema i plorant com una magdalena (i això que em costa). Per mi és la millor pel·lícula d'Isabel Coixet, i una de les meves preferides.
De totes maneres, també entenc la teva postura. Està clar que en això de gustos no hi ha res escrit, eh? ;)
Espero que hagis passat un bon pont!

Aina